Con el fracaso debajo del brazo 26 DE JULIO 2014 - 00:01 La discusión que más contradicciones generó en el seno de la izquierda radical en los años de la democracia representativa no versó sobre la distribución equitativa de la riqueza. Jamás. Unos y otros estaban convencidos de que bastaba repetir lo que hizo –con gran irresponsabilidad y peores resultados– Fidel Castro en Cuba: la estatización de la propiedad en todos los órdenes de la vida. Tampoco les preocupó la seguridad alimentaria, consideraban que las hambrunas, la muerte por inanición de cientos de miles de personas, era un costo que había que asumir para la conquista de ese modelo de felicidad suprema que llaman socialismo. Lo que sí era objeto de burlas, sanciones y grandes disputas era la apariencia personal, la consideraban una mariquera en su más literal sentido. Unos, los responsables de dirigir la lucha armada desde la ciudad, siempre andaban estrenando ropa y zapatos, recién bañados y
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