Tiempo de idioteces

El Tejado roto


Corralito informativo

RAMÓN HERNÁNDEZ

Después de la compra de dos grandes diarios nacionales y otro de circulación restringida entre los adoradores del fenecido imperio soviético y del padrecito Stalin, se ha hecho más fácil entender mejor lo que los expertos de la comunicación, en especial del periodismo, denominan “Factor Bimbo”, que no se reduce a preferir que los locutores de noticias y entrevistadores, los anclas en general, tengan buen porte físico y la cabeza vacía, sino que su fin último es embobar con noticias anunciadas con gran fanfarria, pero carentes de importancia y sin efecto alguno en la sociedad, en la vida y hacienda de las audiencias.
Son las “noticias” que maravillan con la cantidad de agua que llega a Caracas en un segundo y la mucha electricidad que se requiere, el gusto que da el ají dulce margariteño, las dimensiones de una pista de aterrizaje y la variedad de insectos que conviven en la Tierra, mientras se considera de poca importancia e intrascendente que 160 reclusos de la cárcel de Uribana tomaran la enfermería del penal y consumieran una mezcla mortal de medicamentos con alcohol isopropílico, agua oxigenada y anestesia como la opción para escapar de los maltratos del director del penal, ¿suicidio colectivo?|
El Factor Bimbo se ha instalado en los medios oficiosos y oficiales, y no pocos de los “privados” (de libertad de expresión). El gobierno ha montado un corralito infor­ma­tivo que incluye los medios informativos del Estado y los que han sido “adqueridos” por amigos de la revolución, y pretende, sin pudor ni vergüenza, satisfacer la necesidad de información con una gran coña –como le llaman los cubanos–. A las acarameladas entrevistas a los altos funcionarios, se agrega la propaganda presentada como información objetiva y veraz y los actos de masa al mejor estilo hitleriano, con tropas en perfecta formación y cantos de Alí Primera de fondo.
Los periodistas que todavía quedan en esos medios impresos que una vez tuvieron alguna credibilidad deben sentir repulsión cuando redactan titulares como “Más platica y cestaticket” cuando la verdad es una caída descomunal de los ingresos, o “Maduro y Mujica sellan alianza para impulsar producción en el campo” cuando el jefe de Estado de Uruguay terminó su período y solo vino a buscar su última mesada. Vendo El imperio de la noticia de Héctor Mujica y todos los libros de Eleazar Díaz Rangel, por inútil el primero y mentirosos los demás.

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