Ir al contenido principal

La escasez y el hambre no es mala suerte, es socialismo

Comuna rima con hambruna

Entre 1958 y 1962 más de 45 millones de personas murieron de hambre, torturadas o ejecutadas en China. Entusiasmado por la fanfarronería de Nikita Kruschev, que anunciaba que en menos de 10 años la Unión Soviética superaría en conocimiento, maquinaria, tecnología y logros económicos a Estados Unidos, Mao Tse-tung obligó a la sociedad china a emprender la estupidez que ha costado más vidas en la historia de la humanidad: el Gran Salto hacia Adelante, que tenía como objetivo demostrar al mundo que el socialismo era el camino para implantar el paraíso en la tierra y que, al contrario, hizo realidad un infierno peor que el anunciado en los textos bíblicos.
Los convencidos de que es invención de la CIA todo lo que se dice sobre los crímenes contra la humanidad que han cometido los próceres del comunismo, desde Lenin hasta Pol Pot, serían  capaces de negar que las cifras oficiales del Partido Comunista de China que ratifican que en la “misión gran salto adelante” fallecieron 25 millones de personas. Muchas más que las que murieron en la Segunda Guerra Mundial, en la guerra de Vietnam y, también, en los exterminios que cada cierto tiempo se repiten en el continente africano. Tan enorme cifra, sin embargo, es menos de la mitad de la verdadera, de acuerdo con las investigaciones del historiador Frank Dikötter, profesor de la Universidad de Londres y autor del libro La gran hambruna de Mao, que fue publicado en 2010 en Londres y por la gran alcahuetería de las editoriales españolas no ha sido traducido al castellano, pues consideran más relevantes las jaladas de bola de Ignacio Ramonet a Fidel Castro y sus subsidiarios de similar y baja ralea, cuyas cifras de crímenes también es grande.
La palabra “colectivización” trajo tan oscuras y terribles realidades que fue borrada de los manuales, historias oficiales y folletos propagandísticos de los países comunistas y fue sustituida por “comuna”, que el imaginario colectivo relaciona más con la Comuna de París y su romántica lucha por la libertad, la igualdad y la fraternidad que con ese infierno que suponía la absoluta supresión de la propiedad privada, en la que nadie es dueño de nada y el Estado decide con quién y cuándo se deben tener relaciones sexuales.
En las experiencias colectivistas china, en las comunas, se podía ser ejecutado por arrastrar los pies, también por sufrir diarrea con más frecuencia de lo normal y por ser acusados por un rival dentro del Partido Comunista de haber planificado un magnicidio, aunque entonces no existieran correos electrónicos.
Vistas desde esta distancia, las barbaridades cometidas podrían ser irreales, exageradas o fantásticas, pero están registradas y muy bien conservadas en los archivos regionales y nacionales del PCC, a los cuales durante mucho tiempo solo tuvieron acceso historiadores que gozaran de la confianza de gobierno, pero poco a poco, por las propias rivalidades internas y las luchas intestinas por el poder, más especialistas han podido investigar a fondo lo ocurrido.
Ni en esos cuatro años ni en las décadas que siguieron ninguno de los líderes que secundaban a Mao tuvieron el valor de cuestionar las ideas y prácticas del Gran Timonel. Todo lo contrario, lo endiosaban y lo llamaban comandante eterno o algo parecido. Una excepción fue Liu Shaoqi, que absolutamente traumatizado por los horrores que había visto en un pequeño pueblo intentó detener las locuras desmedidas de Mao. La Guardia Roja recibió una orden que fue cumplida al pie de la letra: no permitir que Shaoqi recibiera las medicinas que su débil estado de salud requería. Murió víctima de la peor tortura, fue privado de los medicamentos que lo mantenían con vida. Sufría neumonía y solo podía ser alimentado a través de un tubo nasal. La atención médica negligente le aceleró la muerte.
Con “el gran salto hacia adelante” los campesinos debían entregar al Estado todo lo que poseyeran de metal –desde utensilios caseros hasta clavos, pero también los arados que utilizaban para trabajar la tierra– que sería utilizado para la construcción de maquinarias que usarían en la multiplicación de la producción. Más de un tercio de las viviendas del país fueron destruidas y las personas obligadas a refugiarse en cuevas o chozas de barro y paja. No aumentó la producción, pero sí las ejecuciones colectivas, las degollinas y hasta el tráfico de carne no comestible: un campesino, mediante el trueque impuesto por el gobierno, cambió un par de zapatos por una cantidad determinada de carne, cuando abrió el paquete encontró orejas y otras partes del cuerpo humano. ¿Se acuerdan del líder que a principios de esta década al bajarse del avión en Pekín lo primero que hizo fue confesarse maoísta y después le regaló a Barack Obama un ejemplar de Las venas abiertas de América Latina, un libro que ahora avergüenza al propio autor, aunque no tanto como los crímenes de Mao a los chinos en general? Nada que vender, pasó el tsunami Giordani, gran timonel del desastre colectivista.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pepe Mujica mató a un policía por la espalda

Contra Pepe Mujica Todos lo alaban por sus “frases profundas”, por su aspecto humilde, porque anda en un carro destartalado... bueno, no todos: uno de los mejores escritores argentinos nos cuenta acá por qué el ex presidente uruguayo no le simpatiza para nada. Marcelo Birmajer * Mi primer problema con Pepe Mujica es que no le entiendo nada cuando habla. Habla con la boca cerrada. Arrastra las palabras como si no quisiera soltarlas, como un jugador de ajedrez que se queda con la ficha en la mano porque teme dejarla en tal o cual casillero y eterniza el movimiento, enervando al contrincante. Me pasa con él como con las películas españolas en la televisión, que solo las entiendo con subtítulos. Pero a Mujica no lo subtitulan, lo aplauden, aunque estoy seguro de que quienes lo aplauden tampoco entienden lo que dice. Lo aplauden porque tiene pinta de pobre, porque tiene un perro con tres patas, porque no tiene la menor relevancia en el mundo; pero en ningún caso

Partidos políticos sordos, ciegos y usurpadores

Miguel Henrique Otero Con sólidos argumentos políticos y legales, a los que cabe sumar otros provenientes del más elemental sentido común, organizaciones no partidistas, académicas, especializadas y autónomas, expertos de indiscutible calificación, y también veteranos políticos y otros en ejercicio -muchos de los cuales han sido críticos con relación a ciertos aspectos relativos a la gestión del gobierno interino- expresaron en días recientes que la decisión de una mayoría de la Asamblea Nacional de sustituir la figura del presidente encargado, ejercida hasta ahora por Juan Guaidó Márquez, para reemplazarla por la de una especie de gobierno parlamentario es un error. Un grave error que, para peor, no tiene antecedentes en el desempeño republicano de Venezuela. Hay que considerar, como primera cuestión, tal como hace el impecable comunicado que el Bloque Constitucional de Venezuela publicó el 24 de diciembre, que la usurpación se mantiene. Que Venezuela no ha dejado de estar en una situ

Oraciones al aire y helicópteros caídos

Ramón Hernández L os helicópteros Panare son rusos y baratos. Cuestan en catálogo entre 3 millones y 8 millones de dólares cada uno, también más, de acuerdo con los requerimientos que haga del comprador. Los comercializa de manera exclusiva la compañía Rosoboronexpor, una empresa mixta de la Federación Rusa encargada de la importación y exportación de equipos militares, tecnología y servicios. Suministra desde una bala hasta portaviones, granadas y helicópteros para 80 pasajeros, además de aviones supersónicos de combate. En 2004 Venezuela firmó con el gobierno de Vladimir Putin la compra de 40 helicópteros y 100.000 fusiles automáticos de asalto AK103, que debían ser calibre 5,56 mm y con capacidad para adaptar un lanzagranadas de 40 mm, pero se adquirieron de calibre 7,62 X 30 mm, que implicó un cambio total en el stock de munición y descartó las pretensiones de unificar en el calibre 5,56 x 45 mm, que se empleaba en Venezuela. Los tres primeros helicópteros multipropósito MI17V5