Ir al contenido principal

El drama de las alcabalas de la GNB

Desde la lupa del comandante todo se ve lejos

Ido Hugo Chávez y desmantelada la revolución bolivariana por sus propios burócratas y seguidores, unos por pragmático aprovechamiento personal, otros por simple desgano y todos los demás porque nunca entendieron de qué se trataba ni para dónde iba, no es aventurado decir que vienen tiempos de turbulencia, inestabilidad y de contradicciones en el seno de la nomenklatura, además de fuertes reclamos de las masas que confiaron en que el “comandante eterno” había dejado todo bien amarrado para que el proceso no fuese perturbado por su ausencia ni por errores de sus subordinados.
Basta un simple vistazo para constatar la profunda crisis del país y de la desidia reinante. Aunque los directores, palafreneros y sucedáneos al frente de los medios de comunicación oficialistas, semioficialistas y todas las formas posibles de colaboracionismo juran que la audiencia, los lectores y ese grupo que con desacierto han denominado “usuarios y usuarias” los leen y sintonizan porque están desesperados, ansiosos, de que se les diga que es una gran mentira lo que viven a diario en las colas para adquirir comida, en los hospitales, en las oficinas públicas, en las escalinatas de los cerros y en los callejones de esos barrios que se hunden en las crueldades del hampa.
La catástrofe está ahí en su plenitud, pero los pasquines anuncian felicidad y riqueza: llegan a los puertos cargamentos de comida y miles de automóviles que serán utilizados como taxis. También publican estampitas de santos y despliegan fotos de todas las catástrofes que ocurren en el mundo, pero ninguna que recuerde el sufrimiento de quienes sobreviven en la zona fronteriza, en los estados de excepción, perseguidos y humillados por la fuerza pública en los operativos especiales que se han vuelto cotidianos y en las alcabalas de siempre, ahora tan salvajes como un pelotón nazi en un campo de concentración.
Con la bandera de Venezuela como brazalete, te bajan del autobús y te registran. Te quitan la dos latas de atún, el kilo de harina de maíz precocida, las medicinas que debes tomar, la camisa que les gusta y también el pantalón que se les antoje, el miche, el dulce de leche, los alfajores y el libro que apenas empiezas a leer, además piden que todos los pasajeros paguen la cantidad que se le ocurra al teniente, para poder continuar el viaje. Es el precio para garantizar que los “usuarios” de la carretera no serán molestados por paramilitares, narcotraficantes y asaltantes de camino. Se acabó la revolución, todo está nítido. Presto lupa que no aleja, pero quema.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pepe Mujica mató a un policía por la espalda

Contra Pepe Mujica Todos lo alaban por sus “frases profundas”, por su aspecto humilde, porque anda en un carro destartalado... bueno, no todos: uno de los mejores escritores argentinos nos cuenta acá por qué el ex presidente uruguayo no le simpatiza para nada. Marcelo Birmajer * Mi primer problema con Pepe Mujica es que no le entiendo nada cuando habla. Habla con la boca cerrada. Arrastra las palabras como si no quisiera soltarlas, como un jugador de ajedrez que se queda con la ficha en la mano porque teme dejarla en tal o cual casillero y eterniza el movimiento, enervando al contrincante. Me pasa con él como con las películas españolas en la televisión, que solo las entiendo con subtítulos. Pero a Mujica no lo subtitulan, lo aplauden, aunque estoy seguro de que quienes lo aplauden tampoco entienden lo que dice. Lo aplauden porque tiene pinta de pobre, porque tiene un perro con tres patas, porque no tiene la menor relevancia en el mundo; pero en ningún caso

Partidos políticos sordos, ciegos y usurpadores

Miguel Henrique Otero Con sólidos argumentos políticos y legales, a los que cabe sumar otros provenientes del más elemental sentido común, organizaciones no partidistas, académicas, especializadas y autónomas, expertos de indiscutible calificación, y también veteranos políticos y otros en ejercicio -muchos de los cuales han sido críticos con relación a ciertos aspectos relativos a la gestión del gobierno interino- expresaron en días recientes que la decisión de una mayoría de la Asamblea Nacional de sustituir la figura del presidente encargado, ejercida hasta ahora por Juan Guaidó Márquez, para reemplazarla por la de una especie de gobierno parlamentario es un error. Un grave error que, para peor, no tiene antecedentes en el desempeño republicano de Venezuela. Hay que considerar, como primera cuestión, tal como hace el impecable comunicado que el Bloque Constitucional de Venezuela publicó el 24 de diciembre, que la usurpación se mantiene. Que Venezuela no ha dejado de estar en una situ

Una izquierda de derecha

Lluis Bassets Así como hay una derecha suicida, también hay una izquierda ignorante. Nada sabe ni nada quiere aprender del pasado. Tampoco sabe que la guerra sucede a la política cuando la política deja de funcionar. Ni que la paz, tan deseada, no llega por un clamor convocatorio, sino porque quien vence en la guerra tiene poder y pericia para imponer un orden más justo, de forma que nadie utilice la fuerza de nuevo para resolver los contenciosos inevitables que se producen entre países y gobiernos. Ignora que la Unión Soviética fue el mayor imperio europeo, y quizás del mundo, entre 1945 y 1991.  Y que lo fue bajo la flagrante mentira de la patria socialista, defensora universal del proletariado.  O que las libertades europeas se mantuvieron y se mantienen en la mitad del continente, al igual que en 1945 se recuperaron de la invasión hitleriana, gracias a la alianza con Estados Unidos. Cree los embustes de Putin sobre la mayor catástrofe del siglo XX, que no fue la desaparición de la