Un caso gramatical
ADVERTIR, ADVERTIR DE, ADVERTIR QUE
«LAS AUTORIDADES SANITARIAS ADVIERTEN
QUE EL TABACO PERJUDICA SERIAMENTE LA SALUD»
(I)
Ana María Vigara Tauste
La frase, impresa, a modo de advertencia «saludable», en las cajetillas de tabaco que se venden en España, viene levantando desde hace años no pocas polémicas (meta)lingüísticas, que han llegado incluso a las tertulias radiofónicas. Las construcciones con advertir y perjudicar siguen creando dudas...
Advertir, advertir de, advertir que
¿Es correcta la expresión las autoridades sanitarias advierten que...?
Sí, lo es. Más aún: en esta frase-lema antitabaco, a la mayor parte de nosotros nos habría sonado «raro» hasta hace no mucho advierten de que... A estas alturas, se ha discutido tanto al respecto y advierten de que se ha difundido tanto, que las cosas parecen cada vez menos claras y quizá, con el tiempo, ya no podamos afirmar lo mismo.
El diario El País, siguiendo seguramente las indicaciones de Álex Grijelmo (v. El estilo del periodista, Taurus, Madrid, 1997, pp. 221-223), ha hecho aparecer con profusión, durante meses, advertir de que en sus titulares:
Schröeder advierte a Los Verdes de que su política nuclear amenaza la coalición
(El País, 23 diciembre 1998)
Otegi advierte de que la Mesa de HB encarcelada no aceptará el tercer grado
(El País, 5 enero 1999)
Chirac advierte de que la violencia en las calles amenaza con extenderse a toda
Francia
(El País, 5 enero 1999)
Aznar advierte a HB de que no hay niveles tolerables de violencia
(El País, 7 enero 1999)
Tanto, que el defensor del lector hubo de responder en su sección a algún lector que se quejaba solapadamente de que el diario había emprendido una auténtica campaña a favor del dequeísmo (obsérvese cómo Camilo Valdecantos utiliza también advertir de que en su alegato):
En bastantes ocasiones, las cartas de tono aleccionador —muchas menos que las que llana y cordialmente advierten de que se comete un error— suelen estar equivocadas. Sin ir más lejos, porque acaba de escribirse, se denuncia la construcción "advertir de que...", muy repetida en titulares durante los últimos
meses. Todo indica que es correcta casi siempre que se ha usado así, pero el defensor quiere volver sobre este asunto con argumentos de autoridad. No de la suya, por supuesto.
(El País, 23 mayo 1999, p. 16)
Contagiados quizá por la «naturalidad» con que advertir de que aparecía en El País, otros periódicos, poco proclives hasta entonces a utilizar la preposición en estos casos, comenzaron a usarla también en sus titulares:
Aznar advierte a los presos de que ETA «perjudica sus expectativas»
(El Mundo, 13 enero 1999)
El fiscal advierte de que habrá que anular las multas con firmas falsas
(El Mundo, 6 febrero 1999, p. 3)
España advirtió a congresistas de EE UU de que no fueran a Gibraltar desde Rota
(ABC, 15 enero 1999, p. 24).
Y de este modo, la dudas acerca de si «Las Autoridades Sanitarias advierten que...» es expresión correcta no sólo se acrecentaron, sino que comenzaron incluso a despejarse poco a poco en dirección contraria a la tradición de nuestra lengua.
En efecto, advertir+oración subordinada se ha construido tradicionalmente sin «de», y cuando la preposición aparecía delante de la conjunción «que», solía considerarse «dequeísmo» (véanse, por ejemplo, Diccionario de construcción y régimen, de Rufino José Cuervo; el Diccionario de uso del español, de María Moliner; el Diccionario breve de dudas y dificultades, de Manuel Seco y Elena Hernández, bajo la voz «advertir» y bajo «de», punto 4; y el Diccionario de usos y dudas del español actual, de José Martínez de Sousa, entre otros).
El verbo «advertir» es transitivo en sus dos acepciones y no rige preposición «de» en ninguna de ellas:
advertir: 1. `notar, darse cuenta de´
advertir: 2. `hacer notar, hacer saber, avisar, prevenir´,
aunque puede llevarla en la segunda (`hacer notar´, etc.) si el complemento que introduce es un sustantivo:
El comandante advierte la presencia de barcos en la zona [acepción 1]
El comandante advierte de la presencia de barcos en la zona [acepción 2]
En esta segunda acepción, el verbo precisa, por su propia naturaleza significativa, dos complementos: uno personal («a alguien») y otro de cosa («algo»):
El comandante advierte a los aliados la presencia de barcos en la zona.
Los dos son, como decíamos, necesarios y los dos pueden funcionar como complemento directo de «advertir», según muestran las respectivas oraciones pasivas:
El comandante advierte algo a alguien; Algo es advertido a alguien por el comandante
El comandante advierte a alguien alg; Alguien es advertido de algo por el comandante.
En estos caso (acepción 2), la preposición de es especialmente útil cuando no se expresa el complemento «a alguien».
Si escribimos
El comandante advierte de la presencia de barcos en la zona, sin el complemento personal («a los aliados»), está claro que el verbo no presenta ninguna ambigüedad sintáctita ni semántica: por una parte, no es posible confundir su valor con el de la acepción 1 (que precisa sólo un complemento, y es directo); por otra, es claro que el complemento que lleva la preposición de no puede ser el complemento directo de la oración y no nos queda más remedio que considerar que lo es el otro, «a alguien», que no está explícito.
Podemos dar ya un paso más: en esta segunda acepción, por lo que llevamos visto, la preposición de no sólo es posible (aunque no obligada) con el complemento de cosa, sino incluso recomendable si «a alguien» no está expresado. Naturalmente, la preposición aparece también en otros casos en que el complemento personal está explícito, sin que se sienta como estorbo o anomalía:
El comandante advierte a los aliados de la presencia de barcos en la zona
En la carretera, una señal advierte del peligro a los conductores.
Y aquí es precisamente donde la explicación gramatical no alcanza completa congruencia, lo cual justifica no sólo las dudas actuales en el uso de advertir, sino las dificultades que encontramos para afirmar tajantemente, más allá de lo que parece comprobada tradición en nuestra lengua, que advertir de que constituye «dequeísmo».
Si comenzamos por admitir que cualquier complemento circunstancial de cosa puede ser expresado en forma de proposición (es decir de «oración subordinada»), un ejemplo de advertir usado en su acepción 1 como
El comandante advierte la presencia de barcos en la zona [`nota, se da cuenta] permite hacer lícitamente la permutación por
El comandante advierte que hay peligro en la zona;
y un ejemplo de advertir usado en su acepción 2 como
El comandante advierte de la presencia de barcos en la zona [`hace notar, avisa, previene sobre]
podría lícitamente convertirse en
El comandante advierte de que hay peligro en la zona.
Sabemos, pues, que, por tradición, tal uso es dequeísta, pero no encontramos un buen argumento lingüístico para justificarlo, pues no tenemos más remedio que partir del supuesto de que la preposición es (no bligada, pero sí) correcta y hasta recomendable cuando ese mismo complemento de cosa que el verbo requiere no es una proposición, sino un sustantivo.
Algunos autores, como Seco y Hernández (en el diccionario citado arriba), intentan salvar tal incongruencia especificando que no se puede utilizar la preposición cuando advertir significa `notar u observar´ (Advirtió la presencia de la señora) —es obvio— ni cuando significa `amonestar´ (Le advirtió que no lo hiciese). Pero ¿cuál es el límite semántico, sin duda sutil, entre `hacer notar´ (se supone que intencionalmente, con alguna finalidad), `prevenir´ y `amonestar´?:
Le advirtió (de) la inconveniencia de hacerlo
Le advirtió (?) que no le convenía hacerlo
Le advirtió (?) que no lo hiciese.
Por otra parte, justo es decir que en los autores en que se proporciona esta explicación, los únicos ejemplos que aparecen con de se refieren, siguiendo la tradición, a un complemento nominal, nunca a una proposición.
Así, pues, no tenemos más remedio que concluir que, hasta donde somos capaces de llegar, advertir de que se opone al uso idiomático tradicional, pero es una construcción «justificable», y además difícil de estigmatizar como «dequeísmo» utilizando argumentos «lingüísticos». El que esta construcción pueda justificarse, sin embargo, no significa que deba imponerse como si fuera la única opción correcta cuando el verbo no se usa en su primera acepción. Todo lo contrario: en la medida de lo posible, debería seguir evitándose, como tradicionalmente se ha hecho, según todos los testimonios. Luego, lo que las autoridades han escrito en todas las cajetillas de tabaco, no sólo es correcto, sino incluso «lo más correcto»; y los primeros ejemplos aducidos, de titulares periodísticos todos, hubieran quedado más «elegantes», más acordes con la tradición, sin la preposición de tras el verbo advertir.
Y —para no terminar sin contribuir un poco más al desconcierto «lingüístico»— téngase en cuenta, además, que, por el significado con que se maneja el verbo (`avisar, prevenir, alertar´, etc.), en realidad podrían aparecer y de hecho aparecen, sin hacerse notar, otras preposiciones como sobre:
Antes de marcharse, le advirtió sobre todos los peligros que corría
La Comisión Europea advierte a Londres sobre la opacidad financiera en Gibraltar
(El País, 11 julio 1999).
o contra:
Le advirtió contra su vecino, a quien consideraba un mal hombre.
Comentarios: amvigara@eucmax.sim.ucm.es
© Ana María Vigara Tauste 1999
Contestación de Alex Grijelmo:
Hola Ana María:
He encontrado en Internet tu comentario sobre "advertir de" y me ha interesado mucho. Así que aprovecho para saludarte de nuevo (esta vez electrónicamente) y confirmarte lo que bien supones: tuve algo que ver en ese uso de El País. Y te explico las razones.
Para un periodista, la riqueza de "advertir de que" no es baladí, porque añade información.
El mensaje resulta más nítido si concedemos un valor distintivo a esa preposición que a algunos les suena tan molesta. Si titulamos "Arzalluz advierte de que peligra el pacto" el valor informativo es diferente respecto a "advierte que peligra el pacto". Aunque en el lenguaje oral esté perdida esta diferencia, en el escrito aún nos puede servir. Por tanto, nos parece muy útil mantener el matiz que aporta la preposición.
Es cierto que, en cambio, tal valor informativo se pierde si está expresado ese "a alguien". Pero también se mantiene la preposición "de", como tú bien explicas, en los casos en que el verbo principal y su régimen no vienen acompañados por una oración completiva ("el comandante advierte a los aliados de la presencia de barcos en la zona"). Y podemos observar cómo funciona en ese supuesto la voz pasiva, en la que necesariamente se da también el complemento directo previo de la voz activa: "Aznar fue advertido por Arzalluz que..." Eso no funciona, ¿verdad? Siempre diremos en pasiva "Aznar fue advertido por Arzalluz de que el pacto peligra". Si con todo esto se considerase incorrecta la fórmula "le advirtió de que", estaríamos ante un caso único en nuestra lengua: un verbo cuyo régimen cambia según la voz en que se emplea. Porque nosotros `somos advertidos de que el tabaco perjudica a la salud.
Aún más: con ese supuesto "dequeísmo" construiremos las preguntas de este mismo ejemplo: "¿De qué le advirtió Arzalluz?", "¿de qué somos advertidos?"; perfectamente correctas, y hasta diría que así se usan siempre incluso en el lenguaje oral.
Aquí vemos bien, por otra parte, la diferencia con la admonición: la frase "¿qué le advirtió Arzalluz?" implicaría ese tono de amonestación. Creo que sí hay una manera de distinguir cuándo se produce admonición: cuando se emplea a continuación el subjuntivo: "Te advierto que no me grites", "te advierto que como no vengas será peor". O en tu ejemplo, "le advirtió que no lo hiciese". Nunca servirían como admonición "le advirtió que no vendrá" o "le advirtió que no viene".
No sostenemos en "El País" que la fórmula "advertir de que" sea la única correcta. Simplemente, para un periodista resulta más útil. Y creemos que de mejor estilo. También defiende la construcción con "de que" la agencia Efe, y no la condenan (digamos que se salen por la tangente) los profesores Fabián González Bachiller y J. Javier Mangado Martínez en su obra "En román paladino" (Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1999).
Hace algunos años todos los periódicos titulaban "la policía incauta un alijo"; y nosotros recuperamos la expresión correcta (la incorrecta procedía de la influencia de las notas policiales), y empezamos a titular: "la policía se incauta de un alijo". Ahora a todo el mundo le suena mal la opción anterior.
Un fuerte abrazo. Espero que volvamos a coincidir de nuevo en alguna ocasión.
Álex Grijelmo.
Contestación de Ana María Vigara:
Hola otra vez, Álex. Por fin tengo un poco de tranquilidad para contestarte. Comenzaré por el argumento más general:
1) Me reafirmo en lo dicho: no hay –o yo no encuentro– argumento lingüístico suficiente para afirmar rotundamente que "advertir de que" constituye dequeísmo, puesto que si es posible decir tanto
El policía nos advirtió el peligro [que corríamos] como El policía nos advirtió del peligro [que corríamos],
¿por qué no vamos a poder expresar como proposición (u oración) el complemento de cosa respetando además las mismas estructuras?:
El policía nos advirtió que corríamos peligro
El policía nos advirtió de que corríamos peligro.
Parece que, visto esto, sólo la tradición –y la norma de uso, claro está– nos llevó/llevaron a preferir claramente (tanto en lengua hablada como en la escrita) advertir que+proposición frente a "advertir de que", mientras alternábamos con normalidad la expresión del complemento de cosa con o sin de cuando se trataba de un sustantivo ("el policía nos advierte el peligro/del peligro").
Dicho esto, que casi (o sin casi, desde mi punto de vista) garantiza la no-incorrección (estrictamente gramatical) de tu propuesta, son varios los desacuerdos que tengo con ella...
2) Creo sinceramente (y tengo interés en dejar este adverbio modal, sinceramente, aquí) que, salvo excepciones, la preposición de no añade información alguna a Arzalluz advierte de que peligra el pacto;
que en esa oración, el mensaje no resulta más nítido, sino igual, que en Arzalluz advierte que peligra el pacto
y que, puesto que esa de seguimos, por tradición, rechazándola mayoritariamente "al oído", no vale la pena imponer ahora artificialmente, con su presencia en la lengua escrita, una distinción significativa que no es necesaria..., y mucho menos quizá en periodismo. Me explico...
2.a) La función principal de la preposición en advertir de es garantizar que el verbo se está usando (y se debe interpretar) en su segunda acepción (`hacer saber, avisar, prevenir´) y que incluso si no está expresado "a alguien" (el otro complemento que en esta acepción precisa para significar), debemos contar con él. Generalmente, el contexto (verbal, cultural o social) proporciona datos suficientes para no confundir las dos acepciones. Y en el caso del escrito periodístico, además, sólo muy raramente podrá el periodista (o el editor) utilizar este verbo en su primera acepción (`notar, darse cuenta de´), pues eso implicaría un punto
de vista omnisciente (saber lo que piensa/siente el sujeto del que habla sin que él se lo diga, ¡nada menos!), punto de vista claramente incompatible con la pretendida "objetividad" periodística. Quiero decir –para entendernos– que, en periodismo escrito, la oración Arzalluz advierte que peligra el pacto no puede significar más que "Arzalluz hace saber/avisa, previene que peligra el pacto" (segunda acepción de advertir, que es la que se buscaba expresar); sólo muy raramente tal expresión ("advertir que") daría lugar a ambigüedad en la lengua escrita, y sólo muy excepcionalmente aparecería usada en su primera acepción en un periódico... Otro tanto podríamos decir de casi todos (de todos) los ejemplos de prensa recogidos en mi primer
trabajo y de los que siguen, más recientes:
Castro advierte de que su régimen no será rehén de la cumbre (El País, 12-11-
99)
El Gobierno advierte a los socialistas de que no se puede legislar contra una persona (ABC, 13-11-99, p. 60)
Walid advirtió a María Jesús de que la mataría si viajaba a Beirut a por las crías
(El País, 15-11-99-, p. 34)
La enseñanza del inglés en los centros escolares españoles ha mejorado mucho en los últimos 10 años, aseguran maestros, filólogos y profesores nativos, aunque advierten de que aún queda otro tanto por hacer, sobre todo en la ESO
(El País, 15-11-99, p. 42)
González advierte de que con las privatizaciones se está creando un grupo oligárquico para controlar el poder (El País, 17-11-99, pág. 21)
El vídeo se distribuyó a los medios de comunicación sin advertir de que era una recreación
(El País, 17-11-99, pág. 33).
Si probamos a eliminar en cada uno de ellos la preposición de y a escribir advertir que en lugar de "advertir de que", obtendremos exactamente la misma información y con la misma –si no mayor– nitidez: la acepción 2 del verbo que nos ocupa: que "Castro advierte (hace saber/avisa/previene) que su régimen no será rehén de la cumbre"; que "El Gobierno advierte (hace saber/avisa, previene) a los socialistas que no se puede legislar contra una persona"; y así sucesivamente... En resumen: por lo que respecta al verbo, de "Castro
advierte de que su régimen no será rehén de la cumbre" extraemos la misma información que de
Castro advierte que su régimen no será rehén de la cumbre y la misma que de este otro titular de ABC del mismo día (12-11-99) y sobre el mismo asunto:
Castro advierte a la oposición que no habrá impunidad durante la cumbre.
2.b) He intentado demostrar que, al menos por lo que al escrito periodístico se refiere, la construcción con de ("advertir de que") no es más informativa ni más clara (ni menos) que sin ella ("advertir que"). Tampoco, por añadidura, me parece "más útil" para un periodista ni de "mejor estilo", sino, en todo caso, (innecesariamente) poco acorde con nuestra tradición escrita y hablada, y menos elegante.
2.c) Y añado algo que me parece importante: escribir ahora la construcción con de ("advertir de que") no es equivalente a reponer (con éxito y mérito) la forma correcta de un verbo ("incautar"; "incautarse de"), pues la preposición nunca ha estado ahí y nunca ha servido para expresar con "advertir que" diferencia alguna. Y esto sí que es fácil de comprobar: basta con echar un vistazo a los diccionarios etimológicos, de construcción y régimen, de la Real Academia, de María Moliner, de dudas..., donde, salvo error mío, no se
encuentra ni un solo ejemplo de "advertir de que" (sí los hay de advertir de+sustantivo).
Tampoco encontrarás casi ninguno en otros más recientes: el recentísimo y ya imprescindible de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos (Diccionario del español actual, Aguilar, Madrid, 1999), que toma sus ejemplos del "español actual" escrito peninsular, registra uno, que puede verse más abajo, en el punto 6 (bien es verdad que el ejemplo, que es de José María Castillo-Navarro, data de 1961). A esto es a lo que estoy llamando "tradición de uso" en nuestra lengua (tradición que, obviamente, está en claro proceso de cambio).
3) Dadas las muchas explicaciones que –al parecer– requiere el funcionamiento de este verbo, la gran pasión con que algunos (tú mismo entre los más señalados, además de la Agencia Efe) han defendido la conveniencia y hasta la necesidad de usar "advertir de que", y la rapidez con que esta propuesta se ha difundido y aceptado, no es extraño que, en su mayoría, los lingüistas, los estudiosos, prefieran no ponerle el cascabel al gato y "salirse por la tangente".
Esto no quiere decir, sin embargo, que nunca se haya condenado la construcción "advertir de que". Es posible que hace años ni siquiera se considerara necesario advertir al lector que no debía usar la preposición, pues probablemente no se usaba (yo, al menos, no tengo conciencia de que se usara). Ahora, por ejemplo, la condenan autoridades como José Martínez de Sousa (en su Diccionario de usos y dudas del español actual, Vox, 1998, 2ªed.) y Manuel Seco y Elena Hernández (en su Guía práctica del español actual. Diccionario breve de dudas y dificultades, Espasa Calpe, Madrid, 1999). El primero, de forma escueta y rotunda:
advertir de que. Dequeísmo por advertir que: *Me advirtió de que no llegara tarde; Seco y Hernández, más explicativos: advertir. 1. Verbo irregular. Se conjuga como sentir. 2. Construcción: le advirtió DE la presencia de la señora (`le hizo advertir, esto es, notar, la presencia de la señora´). Cuando advertir significa simplemente `notar u observar´, se construye sin preposición: Advirtió la presencia de la señora. Igualmente cuando significa `amonestar´: Le advirtió que no lo hiciese; no debe decirse, por tanto, Le advirtió DE que no lo hiciese. (Observa que, como siempre, la preposición "de" sólo aparece con el sustantivo; y con la
proposición u oración subordinada, en el último ejemplo, se condena su uso delante de "que".)
4) Creo que, si lo he entendido bien, otra de las cosas que nos llevan por caminos diferentes es el concepto de admonición. Creo entender que para ti no hay admonición en Arzalluz advierte de que peligra el pacto,
lo que equivaldría al ejemplo de Seco y Hernández "le advirtió de la presencia de la señora" ("Arzalluz `hace advertir, esto es, notar..."), lo que justificaría el uso de la preposición; mientras que
¿Qué le advirtió Arzalluz?, así, sin la preposición, "implicaría ese tono de amonestación". Yo no lo veo así, desde luego.
Esto no está claro ni siquiera en los diccionarios de dudas, pero yo creo que lo razonable es pensar que el verbo advertir implica siempre en su significado (acepción 2) un cierto grado de admonición o amonestación. Arzalluz, en el ejemplo, no se limita a decir que el pacto peligra (en este caso, el verbo decir o declarar hubieran bastado), sino que si se molesta en avisarlo o hacerlo saber por anticipado es, sin duda, para que sea tenido en cuenta, como simple consejo, como prevención o como amenaza. Generalmente, se advierte sobre algo negativo, que se considera que debe ser tenido en cuenta por el otro. Si dijéramos, por ejemplo,
Te advierto que pienso llegar a tiempo –algo perfectamente posible–, interpretaríamos que el dato positivo ("llegar a tiempo") se expresa para avisar sobre, por ejemplo, las consecuencias negativas de que el otro no esté preparado. El contexto, desde luego, puede propiciar el uso positivo: "puesto que nunca llego a tiempo, quiero darte una alegría"; pero esto no es lo habitual. Creo que la definición que el nuevo y utilísimo Diccionario de español actual (Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, Aguilar, Madrid, 1999) da de amonestar es reveladora:
Decir [algo a alguien] como reprensión, advertencia [prevención] o consejo.
¿Y qué hacemos al advertir algo a alguien sino decirle algo como reprensión, advertencia, prevención o consejo? Si analizamos ahora los ejemplos aducidos más atrás, veremos que en todos ellos hay la misma intención: aconsejar a aquel a quien se dirige el mensaje que tenga en cuenta lo que se le dice, pues le conviene; unas veces en "tono" de simple consejo, y otras de prevención, reprensión o incluso amenaza....
Por eso, el sentido de "admonición" de advertir no puede ni debe restringirse a los casos en que se emplea a continuación el subjuntivo. Por supuesto que hay admonición en los ejemplos que aduces:
Te advierto que no me grites
Te advierto que como no vengas será peor,
y admonición-amenaza directa, puesto que se realiza desde un yo a un tú, en primera persona y en presente. Pero la misma admonición-amenaza habría en Te advierto que no debes gritarme Te advierto que no me marcharé y que es mejor que nos quedemos los dos
Te advierto que no pienso dejarte entrar
Te advierto que nunca sabréis los auténticos motivos
Te advierto que ni tú ni nadie entrará en esa habitación
Te advierto que si entras, somos capaces de cualquier cosa y tendrás que
atenerte a las consecuencias...
Te advierto que nunca me habían humillado así
Etc. (los ejemplos pueden multiplicarse).
Como ves, el indicativo y el subjuntivo pueden aparecer indistintamente con este sentido (en el segundo ejemplo de la tanda aparece primero el indicativo –me marcharé– y después el subjuntivo –nos quedemos–). Me parece claro que el sentido de admonición está en "advertir", no en el verbo (ni en la persona) que sigue; y tampoco en el hecho de que el hablante, al decir "te advierto", esté haciendo lo que dice. El sentido de admonición o amonestación se conserva si en lugar del presente utilizamos otra forma verbal, para "narrar" sobre el hecho de advertir, en lugar de actuar "advirtiendo":
Te advertí que no me marcharía
Os advertíamos cada mañana que era peligroso saltar del tren en marcha
Siempre les advertiré que no es bueno relacionarse con ese tipo de personas
Les habían advertido que no se detuvieran
Nos advertiste que no taláramos el árbol.
De esta tanda de ejemplos, al margen de que los escribamos con o sin la de, sólo los dos últimos, como puede verse, precisan subjuntivo. Su presencia en la oración es una cuestión de sintaxis verbal: tiene que ver con el modo en que el sistema permite expresar las relaciones verbales en la oración española. Por eso "le advirtió que no viene" (tu ejemplo) nunca serviría como admonición directa, como "le ordenó que no viene" nunca serviría como orden directa (el sistema de la lengua no permite expresar así las relaciones lógicas); y "le dijo que no viene" y "le advirtió que no vendrá" (tu otro ejemplo) parecen realizar una deíxis "poco lógica", pero en realidad posible en lengua hablada. Otra cosa es, claro está, la posibilidad de aparición de estos enunciados en periodismo informativo, donde prácticamente siempre la advertencia aparecerá narrada (en tercera persona y en presente o en pretérito –con preferencia, sin duda, por el indefinido, pero dependerá del contexto) para el lector. Más aún: la narración muchas veces ni siquiera partirá de un enunciado que contenga el verbo "advertir". Si alguien dice algo como
El pacto fracasará si no hacemos X, Y, Z...,
El periódico puede lícitamente titular:
Fulanito advierte que el pacto corre peligro.
5) Creo que no debemos olvidar que el verbo advertir, en su acepción 2, es doblemente transitivo. Los dos complementos pueden ser (y de hecho ésta es, seguramente, la raíz del problema) complemento directo.
Es verdad, siguiendo el hilo de tu argumentación, que "nosotros `somos advertidos de que "el tabaco perjudica a la salud" (no puede ser, en pasiva, de otra manera; la "de" es precisamente índice de "pasivización" en estas construcciones con doble complemento directo); pero Aznar es advertido por Arzalluz de que peligra el pacto no es la única pasiva posible, pues no sería (no es) nada extraño encontrar:
Que peligraba el pacto fue ya advertido por Arzalluz en su momento.
Del mismo modo, "¿De qué le advirtió Arzalluz [a Aznar]?" no es la única pregunta que podríamos hacerle al ejemplo: con mis argumentos, la misma respuesta obtendríamos si le hiciéramos esta otra:
¿Qué le advirtió Arzalluz a Aznar?
6) El de advertir no es un caso único en nuestra lengua, aunque, como estamos haciendo tanto ruido con él, pueda parecerlo. Curiosamente, tanto avisar como prevenir como informar, verbos "de comunicación" igual que advertir y relacionados, por su significado, con él (ya no es la primera vez que aparecen en estas explicaciones), tienen un comportamiento muy similar.
Se encuentra muy claramente descrito en el Diccionario mencionado de Seco, Andrés y Ramos (1999, s. v.). En cada una de las entradas, los autores definen el significado de la palabra y describen su funcionamiento sintáctico; pues bien, en los cuatro casos duplican la descripción del término:
advertir tr 1 Avisar o hacer notar [algo a alguien]. | Te advierto, oye, que la opinión de éste vale como ninguna en materia de chicas. b) avisar o hacer notar [a alguien (cd) algo (compl DE)]. Tb sin compl DE. | Susi .. tocó el claxon, a fin de advertir a sus familiares de que empezaba a impacientarse.
2 Hacer saber [algo a alguien] por anticipado. Frec como amenaza. | Me parece que lo mejor es advertir estas cosas a los amigos como usted. avisar tr 1 Hacer saber o hacer notar [algo a alguien]. Frec sin ci y tb abs. | Voy a avisar que ya hemos llegado. b) Hacer saber o hacer notar [algo (compl DE) a alguien (cd)]. Tb sin compl DE. | Los barcos se habían ido reuniendo hasta casi tocarse, y repicaban constantemente para avisarse de la situación. 2 Hacer saber [algo a alguien] por anticipado. Frec como amenaza. | Te lo aviso: si no vienes, se acabó. b) Hacer saber [algo (compl DE) a alguien (cd)] por anticipado. Frec bs y sin compl (DE). | Había algo de premonición, como una advertencia, .. que le avisaba de cuanto estaba fraguándose para determinar su porvenir.
prevenir tr 3 Advertir o informar con anticipación [algo (cd) a alguien]. | Le cito y convoco a dicha Junta .. previniéndole que, de no asistir, le parará el perjuicio que en derecho haya lugar. b) Advertir o informar con anticipación [a alguien (cd) de algo]. Tb sin compl DE. | El Comendador les encargó que previniesen
al ventero, que no tardó en llegar. informar tr 1 Dar a conocer [algo (compl DE o SOBRE) a alguien (cd)]. Tb sin compls. | La razón le informa de un mundo de conceptos, de ideas, de leyes, que son universales, invariables; Julius Alf nos informa de que su primera audición fue privada; Los ministerios nos informan.
2 Dar a conocer [algo a alguien]. La mujer joven y gruesa que me ha servido me informa que hay en el pueblo al pie de cien familias.
Creo que la lectura de este diccionario es reveladora: los tres primeros verbos (advertir, avisar, prevenir) son casi sinónimos (semánticos y funcionales); a ellos podemos añadir amonestar (v. más arriba), que tiene un comportamiento sintáctico distinto. En informar, al contrario que en los otros, aparece en primer lugar la construcción con preposición ("de" o "sobre"), que es la preferible. Obsérvese a) que sobre es, junto con contra, otra de las preposiciones con tendencia a aparecer con estos verbos; b) que en todos los casos, junto a la construcción con "de", se especifica que se usa también sin "de" (incluso, en algún caso, el único ejemplo aducido carece de la preposición).
7) Puestos a establecer criterios acerca de la conveniencia de extender la preposición desde advertir de+sustantivo (acepción 2 de "advertir", naturalmente) a la construcción con que, creo que sí hay uno que podría resultar válido para distinguir con ella significados, aunque no lo he visto enunciado así en ninguna parte y lo hago ahora explícito por primera vez...
Podemos distinguir, como proponen Seco y Hernández (1999, v. atrás), entre advertir* `hacer advertir, esto es, [hacer] notar´, y advertir** `hacer saber, avisar, prevenir´. Observo que los ejemplos que aparecen con preposición corresponden precisamente a advertir*, como el ejemplo de Seco y Hernández mencionado:
Le advirtió de la presencia de la señora (`le hizo advertir, esto es, notar, la presencia de la señora´, que ya estaba allí cuando se lo dijo), y el único que he encontrado en textos "oficiales" con advertir de que (Seco, Andrés, Ramos, s.v.):
Susi .. tocó el claxon, a fin de advertir a sus familiares de que empezaba a impacientarse
(`Susi tocó el claxon para hacer notar a sus familiares que empezaba a impacientarse´).
Preservaríamos así, con esa preposición, el valor de `hacer notar, hacer que otros sean conscientes de algo´ (se supone, entonces, que Susi no tiene poder sobre los "advertidos"), frente al uso de admonición o amonestación, que expresaríamos sin preposición (advertir**). De modo que en uno de los ejemplos aducidos por mí, que podría efectivamente (según el contexto) expresar los dos sentidos, la preposición de evitaría El cajetín de la Lengua: Adv ertir, adv ertir de, adv ertir que efectivamente la ambigüedad:
Te advierto [te hago notar] de que nunca me habían humillado así
Te advierto [porque te interesa tenerlo en cuenta, por tu bien o porque sólo así entenderás mi reacción] que nunca me habían humillado así (pero de veras que el primero me suena fatal, quizá porque yo percibo admonición en el ejemplo, no simple "declaración"; y sospecho –pero esto requiere más reflexión– que la
presencia, en el ejemplo, de las personas de la enunciación –yo, tú– tiene mucho que ver).
No obstante, incluso con este criterio, que parece sensato y se me antoja de posible sistematización y realización, los ejemplos periodísticos que nos interesan, como Arzalluz advierte de que peligra el pacto
Castro advierte de que su régimen no será rehén de la cumbre Walid advirtió a María Jesús de que la mataría si viajaba a por las crías, estarían mejor sin la preposición, pues se supone que Arzalluz, advirtiendo, `avisa, previene ´, para que sea tenido en cuenta y no llegue a producirse la ruptura del pacto, algo no deseado por nuestros gobernantes ni nuestra sociedad; Castro avisa porque quiere que quede claro que tiene todavía energía para responder a las provocaciones (por ejemplo); y Walid amenazó directamente a María Jesús (más le valía a la mujer tenerlo en cuenta). Lo adecuado sería, pues, escribirlos así:
Arzalluz advierte que peligra el pacto
Castro advierte que su régimen no será rehén de la cumbre
Walid advirtió a M. J. que la mataría si viajaba a por las crías.
En conclusión:
Tantas explicaciones, sin embargo, no hacen más que verificar lo esencial: que advertir es un verbo especial en el que –me parece– la presencia de la preposición de no aporta nada cuando sigue una proposición u oración subordinada, pero tampoco nos permite afirmar rotundamente (con argumentos "lingüísticos") que se produce dequeísmo. Confieso que a mí casi todos los "advertir de que" que encuentro me "suenan" fatal y me parecen poco elegantes; pero no todos (debo confesarlo también). Y no me atrevo a asegurar que esto
me ocurra sólo como efecto de su inesperada vitalidad en los últimos tiempos. Voy comprobando, además, que a casi todo el mundo le pasa igual que a mí: en su mayoría, los "advertir de que" les suenan mal, pero algunos les suenan regular y alguno estupendamente... (aunque no sabría decir si hay coincidencias significativas en cuáles sí y cuáles no).
Creo, además, que, salvo que hayas tenido paciencia de leer hasta aquí, te hayan convencido mis argumentos y acabes matizando o retirando tu propuesta, ésta tiene muchas posibilidades de triunfar, porque es simplificadora y el usuario tiene, seguramente, la sensación de saber a qué atenerse. ¿Resumo mal si digo que tu propuesta –camino ya de triunfar claramente– consiste en a) utilizar advertir sin preposición en su acepción 1 (`notar, darse cuenta´);
b) utilizarlo con la preposición de en todos los demás casos, salvo "admonición directa" (en primera persona, a un tú y en presente)?
Si yo me atreviera a hacer alguna propuesta, sería lo contenido en el punto anterior (el séptimo):
a) utilice, en principio, la preposición de tras advertir (en su acepción 2, nunca en la 1) solamente si al verbo le sigue un complemento nominal (un nombre);
b) no utilice la construcción con de que ( "advertir de que") si el verbo se usa con un sujeto que `dice [algo a alguien] como reprensión, advertencia, prevención o consejo´ (el grado de admonición-amonestación se deduce normalmente del contexto);
c) puede utilizar la preposición si quiere preservar el sentido de simplemente `hacer notar algo a alguien´ (sin que esto implique reprenderle, advertirle, prevenirle o aconsejarle –cosa que raramente ocurre);
d) y no olvide que tanto para uno como para otro sentido hay sinónimos que
puede utilizar sin desventaja en vez de "advertir".
Bueno, Álex, me he extendido mucho, pero es que la construcción se lo merece, ¿verdad?, y a los apasionados del lenguaje nos pasan estas cosas... Un abrazo,
A.M.V.
26/12/99
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