Lo golondrinos del poder RAMÓN HERNÁNDEZ 11 DE JULIO 2015 - 12:01 AM Si el país sigue rumbo al precipicio sin que quienes llevan las riendas manifiesten preocupación alguna, habría que revisar con urgencia su historia clínica y ordenar ya el traslado a Cuba o algún otro país en que no peligre su seguridad para someterlos a rigurosos y pormenorizados exámenes que descarten tanto enfermedades radicales como diabetes, pie de atleta, sabañones y forúnculos que puedan afectar sus decisiones. En una república en la que los practicantes de la medicina del Hospital Central de Maracay ordenan “cultivos urológicos del oído” y una “resonancia macnetica nuclear cerebral para tratar caso de amnecia” habría que prestar particular atención a la salud de la dirigencia. Desde el sobrepeso de Darío Vivas, en quien la dificultad para articular una oración con sentido cabal es indirectamente proporcional a la capacidad que tiene su garganta de tragar, hasta los vaporones de Diosdado Cabello
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