El Tejado Roto Patacones en Moscú Ramón Hernández @ramonhernandezg Moscú nunca ha sido parte de mi carta de navegación, aunque siempre he sentido curiosidad por caminarlo un amanecer cuando la primavera apenas comience a despuntar. He tenido pocos amigos rusos, el mejor fue un profesor de álgebra y matemáticas, que me acompañó casi todo el bachillerato. Durante una hora al día me guiaba en los tropiezos de binomios y ecuaciones. Apenas hablaba y se limitaba a marcar el error con letra temblorosa sobre la hoja del cuaderno. Otro fue profesor de inglés y un tercero, que no quiso trabar amistad, lo tropecé en una ferretería en Margarita. El de matemáticas vivía con su esposa, que a mitad de la clase ponía sobre la mesa un pedazo de pan negro o un bizcochuelo que parecía contener todos los aromas de la amada Rusia y algo del desaliento que su gentil sonrisa no podía ocultar. Ah
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