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Mostrando las entradas de diciembre, 2017

El atraso tiene mal aliento y a Marx le hieden lo pies

El Tejado Roto Disparos al aire Ramón Hernández @ramonhernandezg En marzo de 2009 publicamos aquí que Caracas despedía un olor a rancio, que no era a animal muerto ni a basurero, que la pestilencia hacía recordar una herida supurante, ácida y repulsiva. Una peste que salía de lo más profundo, y ablandaba el ánimo: hedía a La Habana, sin la escasa creolina con la que intentan disimular las cloacas que están tapadas desde mucho antes de que se les encaneciera la barba a los muchachos de la revolución. Ese olor a fracaso todavía se siente en Moscú y no termina de desaparecer en Pekín. Es el hedor en el que se desenvuelve el crimen y en el que fluyen ideas letales y repulsivas en el nombre del progreso de la humanidad y la reivindicación de los olvidados de la Tierra. Es el vaho que despide la ideología, la certidumbre de que el fin justifica los medios, y que ha invadido hasta en el más oscuro y alejado de los callejones y la más olvidada escalinata de Caracas: el desco

Los traductores y sus traiciones. Gay Talese y los pagapeos

EL NACIONAL - Sábado 21 de Abril de 2012 El Tejado Roto Traidores que traducen  RAMÓN  HERNÁNDEZ @ramonhernandezg E l mundo editorial siempre ha sido un laberinto. Lo fue cuando el plomo era la sustancia que permitía el milagro y lo es ahora cuando todos aquellos procesos, máquinas, saberes y cuasimedievales tradiciones fueron incluidos en las caprichosas computadoras, u ordenadores como las llaman los íberos, las cuales mantienen vivos a los utilísimos "duendes del taller", que desde los tiempos de Gutenberg han sido los pagapeos de los errores que salen impresos y que siempre son lamentables.  Ningún gazapo, por pequeño que sea, pasa inadvertido. Al contrario de lo que se podría suponer por los fulgurosos avances tecnológicos, los textos, impresos sobre soportes físicos como el papel, o digitalizados, para ser leídos en los muchos equipos que ahora ofrece el mercado, tienen ahora más posibilidades de contener errores, como si los duendecillos tuvie